El diablo fuma (y guarda las cabezas de los cerillos quemados en la misma caja)

El psicólogo infantil Jean Piaget hablaba de la mente realista como aquella que confunde lo interno con lo externo. En ese sentido, El diablo fuma es una película realista: la distinción entre el afuera y el adentro, entre las acciones de los protagonistas en la esfera íntima y sus efectos fuera de ella, se confunden y revuelven hasta hacerse indistinguibles.
Esta ópera prima mexicana, ganadora del premio Perspectivas en Berlín 2025, sigue la convivencia de cuatro niños que, tras una ausencia repentina de sus padres, deben quedarse en una casa de Ciudad de México con su abuela, cuya concepción del mundo parece estar ligeramente alterada. Con una cámara que captura diestramente el encierro —con momentos de ansiedad y de calma—y actuaciones igualmente delicadas e intensas, la película de Ernesto Martínez Bucio se abre ávidamente a preguntas sobre cómo transmitir la experiencia infantil cuando el mundo navega entre la fragilidad y resiliencia, permeable por igual a maravillas y horrores.
Manuel Kamanovitz
Nacido en 1983 en Uruapan, México, este director, escritor y editor cinematográfico estudió la Licenciatura en Ciencias de la Comunicación en el ITESO, la Licenciatura en Cinematografía en el CCC y el Máster en Creación Cinematográfica en la EQZE. Sus cortometrajes han sido seleccionados en prestigiosos festivales internacionales como el Festival de Cannes – Cinéfondation, El Cairo, San Sebastián, Rotterdam y Morelia.