Mach Die Musik Leiser

Son los años 90 en Alemania Occidental: Florian, de 16 años, vive con su madre en las afueras de Essen, una ciudad caracterizada por la industria. Junto a sus amigos, Frank y Andy, Florian pasa las últimas semanas antes de culminar sus años escolares. Las secuelas y la seriedad de la vida se acercan de manera ominosa.
El primer largometraje de Thomas Arslan es una obra encantadora que se centra en la despedida de la juventud. No obstante, esta preocupación emerge de forma completamente discreta: hay atisbos de una juventud ingenua, fascinante y conmovedora, sin ningún patetismo. Las decisiones sobre el futuro –como el ejército, el trabajo o el diploma de secundaria– están tan cerca y, al mismo tiempo, yacen distantes. La película casi parece una crónica documental de la vida cotidiana, una observación sensible de la fase de agitación que hoy en día se conoce como “la mayoría de edad". Arslan, sin embargo, desafía tales categorías: su debut no está de moda sino que es sustancialmente realista, captura los momentos de manera vívida. Presenta Instantáneas sin muchas palabras, estancias prolongadas en gasolineras, bajo un puente de autopista, en una tienda de discos, en un autocine o en un café; momentos de fumar, conocer chicas y escuchar música.
La larga secuencia de un concierto de la banda hardcore/crossover Biohazard, que incluye saltos al escenario, es de gran calidad. En realidad, Turn down the Music reduce los efectos dramáticos y amplifica su impacto en el espectador. Se trata de una película que, en 1994, sentó inconscientemente las bases de una forma estética de expresión que más tarde se denominaría Escuela de Berlín.
Thomas Arslan es un director y guionista alemán, nacido en 1962. Estudió en la Academia Alemana de Cine y Televisión de Berlín (DFFB). Su obra se centra en dramas realistas que exploran la vida cotidiana y las experiencias de los jóvenes en Alemania.