Una casa con dos perros

En el contexto de la crisis económica que golpeó a Argentina en 2001, Manuel y su familia se mudan a casa de su abuela. Allí conviven con su tío y el fantasma de un perro, en una dinámica que evoca el conflicto de Casa tomada Sin embargo, más allá de esta tensión, la historia también desarrolla un conflicto más íntimo y sutil: la mirada de un niño que, en medio de este escenario, descubre el mundo real como una dimensión misteriosa e intangible y que le es revelada paulatinamente a través de su abuela.
La cotidianidad en esa casa está marcada por la constante disputa de los espacios, una tensión latente entre habitar y transitar lugares. No obstante, el tono del relato es cálidamente matizado por el punto de vista de Manuel y sus interacciones con los miembros de la familia. La concepción visual de la película también deja espacio para imágenes sugerentes y poéticas: Una ópera prima bella y cercana en la que es posible ver con distintos ojos lo que, en otro caso, sería sólo hostilidad en el ambiente y precariedad material.
Matías Ferreyra es un director y guionista argentino graduado en cine de la Universidad Nacional de Córdoba. Ha trabajado como guionista en proyectos de animación y ficción, colaborando en el canal infantil Paka Paka y proyectos independientes para el estudio OSA. Su obra ha sido parte de festivales internacionales como Annecy, Guadalajara, Quirino Awards y Prix Jeunesse. En 2024, dirigió su primer largometraje de ficción, Una casa con dos perros, una obra que explora la resistencia a través de la ocupación de espacios en medio de la crisis económica de 2001 en Argentina.